¡Oiga!
TOLUCA, México, 18 de Enero de 2024.- Raymundo “N”, quien fuera presidente municipal de Toluca, regresó la mañana de este jueves a la capital mexiquense, tras más de 50 días de evadir a la acción de la justicia, ahora esposado y rodeado de policías ministeriales que lo capturaron en la Ciudad de México.
Elementos de diferentes corporaciones de seguridad, federales, estatales y de la capital del país, integraron un convoy de seguridad que fue el responsable de devolver al expresidente municipal de Toluca a la tierra que gobernara hasta hace menos de dos meses.
A bordo de una camioneta marca Chevrolet, tipo Suburban, de color blanco, propiedad de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, llegó a las instalaciones el expresidente municipal al que se le buscó por más de dos meses como presunto responsable del delito de secuestro exprés, cometido en contra de quien fuera su suegro.
Raymundo “N” bajó de la camioneta enfundado en pantalones de mezclilla, playera negra de manga negra tipo polo, y un chaleco de color café, portando una cachucha negra que ocultaba parcialmente su nuevo peinado, ahora con cabello color negro, más largo de lo que normalmente lo utilizaba y hasta con copete.
El expresidente municipal de Toluca fue acompañado por dos elementos de la Policía de Investigación adscritos a la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, con las manos esposadas al frente, a la altura de la cintura, y caminó unos metros hasta ser ingresado a la sede de la FGJEM, donde fue presentado ante el Agente del Ministerio Público.
Trascendió, sin confirmarse, que Raymundo “N” fue asegurado en operativo coordinado entre la autoridad mexiquense y la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, luego llevado a unas instalaciones de esa corporación, en la capital del país, donde se le realizó un examen general para certificar su estado de salud.
En las próximas horas será trasladado de la Fiscalía General de Justicia al Centro de Prevención y Readaptación Social “Santiaguito”, en Almoloya de Juárez, donde tendrá que comparecer ante el juez que giró la orden de aprehensión en su contra, y, a partir de ese momento, correrá el plazo legal para que se instruya prisión preventiva o se le permita enfrentar proceso penal en libertad.
Haberse evadido de la acción de la justicia y mantenerse oculto durante más de 50 días es una agravante que el juez que conoce de la causa tomará muy en cuenta para negarle la posibilidad de ser procesado en libertad, bajo las reservas que la ley impone, pues ya demostró que puede huir de las autoridades.