Oiga!
TOLUCA, México, 10 de Septiembre de 2022.– La adolescencia conlleva una serie de cambios que provocan una crisis de identidad y hacen al adolescente enfrentarse a sí mismo y a las demandas de la sociedad. Ello causa ansiedad, ira y confusión, que, aunadas a otros factores, pueden orillar al suicidio.
Verónica Aguilar, en su artículo “Factores psicosociales asociados a la conducta suicida en adolescentes”, publicado en la revista Universitaria, define al suicidio como “el acto intencional de acabar con la propia vida” y explica que, “alrededor de éste hay ideas y comportamientos que se denominan conductas suicidas” y se clasifican en: ideación, planeación e intento.
Para satisfacer sus demandas psicológicas, el adolescente debe sentirse integrado en el sistema familiar, cuyas creencias y valores le ayuden a armar su proyecto de vida, así como interpretar sus experiencias y enfrentar situaciones adversas.
Si no existe este ambiente adecuado y, además, “hay factores como abuso sexual, consumo de alcohol y drogas, acceso a armas de fuego, comportamiento antisocial o agresivo, trastornos psiquiátricos, pérdidas afectivas, desempleo, dificultades económicas u otras, prohibición de interactuar con amigos y pares, del noviazgo, acoso escolar o en redes sociales, etc., surge la conducta suicida”.
“En el país, durante el 2020, se reportaron 7,896 suicidios consumados, la cifra más alta se dio en jóvenes de entre 14 y 29 años. En el caso de adolescentes de 10 a 19 años, se registraron 1,260, sin contar los intentos. Esta causa de muerte es la cuarta hoy día, pero, hacia finales de esta década (2029), será la segunda entre la juventud.”
“Solo 49% de las personas con ideación suicida ha tenido algún tipo de intervención, mientras que el 50% de quienes han intentado suicidarse recibe tratamiento terapéutico.”
Por tanto, Verónica Aguilar concluye que es indispensable actualizar las estadísticas y desarrollar programas de prevención que detecten y atiendan a jóvenes en riesgo desde las fases tempranas.